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La educación y su relación con los sistemas

Las escuelas en su generalidad, ofrecen educación formal, y acceso al capital cultural a todos sus alumnos. Es una institución considerada un sistema abierto, al igual que el sistema familiar. Ambas instituciones (educativo y familiar), no siempre logran complementarse.

La función de la escuela según Vigotsky es adaptar al niño al medio social adulto, transformar la constitución psicobiologica del niño en función del conjunto de realidades a las que la conciencia atribuye un cierto valor. Por lo cual, la educación es constituida por el individuo en crecimiento y por los valores sociales, intelectuales y morales.

Debemos considerar a las escuelas como un reflejo de la realidad que sucede en cada país. Son instituciones de suma importancia en la formación de las personas, y que por ello no están por fuera de la sociedad perteneciente a un sistema económico. Formada por docentes, directivos y alumnos provenientes de familias, que pertenecen a esa sociedad, y por lo tanto, de alguna manera impuesta y casi como conciencia colectiva, los actores de esa sociedad responden a los reglas propuestas por ese sistema económico.

Es Emile Durkheim quien define la conciencia colectiva como el conjunto de creencias y sentimientos comunes al término medio de los miembros de una sociedad. Este conjunto "forma un sistema social determinado que tiene vida propia". La conciencia colectiva existe únicamente en los sentimientos y las creencias presentes en las conciencias individuales, evoluciona de acuerdo con sus leyes y no es sólo expresión o efecto de las conciencias individuales. Está difundida en toda la extensión de la sociedad, es independiente de las condiciones particulares en que los individuos se encuentran; los individuos desaparecen, y ella queda.

Podríamos comprender al sistema económico como un sistema socioeconómico y político, con medios de producción y distribución, incluyendo la cantidad de recursos, bienes y valores disponibles para satisfacer necesidades y generar un beneficio económico individual. Al estar inmersos en este sistema, las posiciones sociales varían y se modifican.

Según el CEPAL (Comisión Económica para América Latina), es“la medida más exigente acerca de las oportunidades de progreso abiertas en una sociedad”. En principio, el movimiento social era de manera ascendente, este mostraba las posibilidades de progreso económico y social. En la actualidad, el movimiento puede ser ascendente o descendente, dependiendo de la percepción que se tenga de esa sociedad.

A través de la historia, la educación estuvo a cargo de la clase burguesa, con el objetivo de continuar manteniendo la ideología dominante. Luego, con el crecimiento industrial, el estado burgués se ve bajo la presión de capacitar personas para la mano de obra destinada a ese aumento de trabajo. Son estos capacitados, quienes comienzan a tener un grado más elevado de educación, transformándose en un peligro para la clase dominante.

La educación en el sistema económico para Antonio Gramsci, realiza dos tareas que se derivan del concepto y del hecho de trabajo: el trabajo como proceso de producción que determina los contenidos educativos y con qué profundidad serán enseñados, y que población será la destinataria; y el trabajo como proceso social de producción, que determinara los contenidos educativos del deber y derecho cultural, inculcados para la formación y socialización del individuo.

Continuando el sentido de estas dos tareas, la escuela siempre ha cumplido con un rol de ser reproductora del orden existente, y conservar las clases sociales, cual objetivo es formar individuos según lo que precise ese contexto. Como el proyecto educativo liberal, centrado en la formación del ciudadano, su disciplinamiento conductual, y la homogeneización ideológica.

Davini, describe algunas tradiciones en la formación de los docentes y sus presencias actuales. En su primera tradición, “normalizadora-disciplinadora”, describe ciertos aspectos que definen al buen docente. El objetivo era normalizar el comportamiento, lo cual formaba un mandato social que se expresa hasta estos días en el discurso prescripto que dice lo que el docente debe ser como modelo y símbolo.

El trabajo de los docentes como dice María Rosa Almarandoz, es “muy exigente, donde es necesario poner mucho de lo personal, mucho compromiso. Te tiene que gustar la docencia y hay muchos profesores que están agobiados”.

Son profesionales con ética, y esto no implica que no sean personas constituidas bio-psico-socio-culturalmente como todos los individuos. Con una subjetividad entendida como parte del sujeto que es atravesado por diferentes experiencias propias y las ajenas, tanto de la vida en general como del proceso de enseñanza-aprendizaje, como así de su propia vivencia como aprendiente, incorporado modelos de docentes con los que el mismo se identifica, y por qué no, sus propias tipificaciones. Sería necesario en relación a estas características de los docentes, que puedan ser rearmadas, para recomponer su subjetividad, y avanzar en la distribución de conocimientos y un la inclusión, considerando que es función de ellos comprender la subjetividad de cada niño, para lograr el objetivo de aprendizaje.

Los docentes en su subjetividad, también son atravesados por pensamientos ideológicos, políticos y culturales. Estos aspectos junto con las características anteriormente mencionadas, componen una relación o resolución de problemas con el alumno, positivo o negativo, lo que contribuye o no a mantener las desigualdades sociales.

La cultura escolar “hace” creer a los alumnos que su fracaso o el de sus pares resulta como Pérez Sánchez dice “algo individual, que resulta de su escases de habilidades, desarrollando principios que priorizan las diferencias y divisiones de términos de rendimiento académico”.

Pensar que la inteligencia es meramente genética, es una creencia que desfavorece a los sujetos que aprenden. Existen posibilidades de que el rendimiento de una persona se encuentre descendido, pero este, no es el resultado específico de factores genéticos o la clase social perteneciente.

Se deben tener en cuenta las variables socioculturales, subjetivas y psíquicas de ese sujeto, que es parte de esa realidad junto con más individuos.

Esperar “menos capacidad de aprender” de niños con bajos recursos, es no tener en consideración las variables multidimensionales que lo atraviesan y su contexto. Este último es importante, ya que en el suceden las interacciones con los adultos, con los pares, con la cultura y la institución. Estos componentes de la interacción, son agentes de desarrollo que impulsan y van regulando el comportamiento del niño, el cual va a ir desarrollando sus habilidades mentales a través del descubrimiento y el proceso de internalización, que le va a permitir apropiarse de los signos de la cultura, reconstruyendo sus significados.

“Menos capacidad de aprender”, es una tipificación que cae en una comparación en clases sociales mejor favorecidas, las que por su posición social, no garantizan ausencia de dificultades en el proceso de aprendizaje.

La desigualdad social nos remite a posiciones de superioridad o inferioridad, y a la falta o no de beneficios que se tengan por causas sociales o económicas, como la vivienda y servicios, la alimentación, la vestimenta, el nivel educativo, y por qué no, la inclusión.

Las tipificaciones que reciben los alumnos, ya sean justificadas desde su disposición de trabajo y esfuerzo, o por sus atributos a primera vista, son una falta de motivación y de intención al cambio, como si todo fuera acabado y completo.

La cultura escolar brinda igualdad de oportunidades, pero valorando la excelencia. Este adjetivo es el resultado de la articulación de la inteligencia y el don, en términos de Tenti Fanfani.

Esta valorización es la que justifica las diferencias y las jerarquizaciones, quedando clasificada la labor, la dedicación y el esfuerzo como meras cualidades inferiores a la inteligencia.

Pérez Sánchez menciona tres formas diferentes que tienen los docentes de percibir la desigualdad. En primer lugar” interpretada como desigualdad individual, como interiorización de los principios ideológicos del sistema educativo y de la sociedad en la que se sostiene”. En segundo lugar “la desigualdad social marca el fracaso escolar del alumnado, y la escuela no puede hacer nada para remediarlo, ya que la estructura socioeconómica ejerce un poder limitador”. En tercer lugar “la escuela está marcada por la desigualdad social y se comporta de manera diferente en función de las características socioculturales del alumno”. Estas formas de percibir la desigualdad son sensaciones y vivencias que todos los docentes en algún momento de su profesión experimentan. La primera forma es concebida como una falta de tolerancia a pensamientos ideológicos diferentes, la segunda forma da cuenta de que en realidad es el poder socioeconómico el que influye de manera directa en el accionar del sistema educativo, siendo la desigualdad funcional para el modelo, mientras que la ultima forma deja claro la falta de igualdad de condiciones, bienes y desarrollo de competencias para todos los alumnos.

Este escrito, intenta dar un breve recorrido por los diferentes componentes de la escuela que producen y reproducen la desigualdad en la misma. Siendo que ella no es responsable absoluta de la falta de igualdad, ya que responde a un sistema mayor que abarca al sistema educativo, el sistema económico y lo que en él está incluido.

Es la escuela la que puede lograr un cambio, comenzando con la igualdad de oportunidades, tanto para las clases menos favorecidas como para los que tienen capacidades diferentes. Que la escuela se transforme en un lugar de inclusión a las diferencias, y a través de ellas estaremos trabajando sobre la tolerancia de lo diferente a lo propio y su aceptación como sujetos con derecho a recibir las mismas posibilidades de progreso.

Debemos tener en cuenta que las instituciones educativas ejercen ciertas presiones y limites a los docentes, y si bien existen diferentes métodos de enseñanza aplicados por los docentes, como el autoritario o el paternalista, son seleccionados por cada enseñante de una manera inconsciente. Lo fundamental es que sean docentes que hayan logrado rearmar su subjetividad en función a su labor. La intención de búsqueda constante al cambio, a través de la motivación, y que no estén ubicados en una posición neutral, sino mas bien que logren tomar decisiones que intervengan en la realidad social y puedan producir las condiciones necesarias para ello. Esto mismo, es lo esencial para comenzar a creer en un cambio.

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